
“Con tristeza en el corazón de nuestra institución comunicamos que La Abadía, Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos, cerrará sus puertas al público el 23 de diciembre del presente año”. Así, conmovido, es el comunicado oficial que anuncia la clausura de un espacio cultural en la Ciudad de Buenos Aires.
“Dificultades de autosustentabilidad” dijeron, como argumento, en el comunicado. Un rato más tarde su responsable, Sebastián Blanco, lo podría más claro: es una agrupación católica que dependía de donaciones y de los recursos de la Ley de Mecenazgo, del gobierno porteño. Subió todo, subió el costo de la luz y de todos los servicios, no subieron las donaciones y no obtuvieron todo lo requerido por Mecenazgo. No dan las cuentas.
La Abadía empezó a funcionar en 2015 como centro cultural en un edificio de la orden benedictina, en el barrio de Belgrano. Un año antes habían albergado a Casa FOA. Luego los benedictinos se la cedieron por 30 años al Sodalicio de Vida Cristiana, un movimiento católico formado en Perú en el que participan laicos consagrados y sacerdotes que viven en comunidad.
En enero el Papa Francisco había intervenido a los Sodalicios en Perú, luego de que la justicia de ese país pidiera prisión para su superior, Luis Fernando Figari, por supuestos casos de violación a menores. “Nos apena mucho lo sucedido pero no tuvimos ningún vínculo con eso”, dice Blanco sobre el tema. La congregación, confirma, sigue intervenida por el Vaticano.
Fuentes consultadas: Diario Clarín