Psicología Deportiva: “Mens sana in corpore sano”

 

Suena raro tratar de conjugar las palabras “Psicología” y “Deporte” en una misma oración.  Por lo general, al hablar de  Psicología, la asociamos con algún tipo de problema mental y no es común relacionarla con el aspecto deportivo.

Pero la Psicología Deportiva existe: es una rama o derivación de la Psicología General. Así como la psicología trata las situaciones diarias de la vida (laborales, vínculos familiares, etc) que generan conflictos de algún tipo  en las  personas; la Psicología Deportiva trata los problemas que ocasionan en los deportistas las circunstancias derivadas de  su  actividad.

Esta metodología cuenta en la actualidad con muchos adeptos: Es común que los clubes deportivos posean un plantel de psicólogos a disposición de los jugadores.  Pero en un primer momento, fue complicado que los deportistas accedieran a un psicólogo como parte de su rutina y lo aceptaran con la misma naturalidad con la que concurrían  al masajista o al kinesiólogo. Y la causa principal de este rechazo es en parte por el prejuicio que mencionábamos al principio: Se tiene el concepto erróneo de que quienes consultan a un psicólogo, lo hacen motivados por problemas mentales, lo que  termina generando vergüenza  Al término psicólogo le ha pasado exactamente lo mismo. Lo hemos relacionado tantas veces con cosas de aspecto negativo  que hemos condicionado su significado devaluando todo lo que hay detrás.

 

El campo de trabajo de la psicología del deporte, se centra en el deportista, en el entorno del deportista, en las situaciones que atraviesa, familia, entrenadores, directivos, etc. Pero lo que quizás sea más difícil de entender es  que si bien una es derivación de la otra , son similares y buscan el bienestar del paciente, su aplicación de base es distinta.

Es fundamental el rol del psicólogo deportivo ya que con su orientación es posible alcanzar un máximo rendimiento. Su función es entrenar al deportista en el manejo de técnicas y destrezas psicológicas, que le permitan controlar pensamiento, emoción y ejecución deportiva tanto adentro como afuera del campo de juego. No es absolutamente necesario tener un problema o un conflicto para recurrir al profesional, ya que este también ayuda a mantener el equilibrio, y la paz interior.

De a poco y con el paso del tiempo, al ver los logros obtenidos en los distintos equipos que cuentan con un psicólogo deportivo, se van desterrando los mitos. Es que los resultados no mienten: El entrenamiento de las  habilidades deportivas mentales, en paralelo con las físicas,  mejoró el rendimiento de los jugadores.

 

Es que en definitiva, es la  la mente quien mueve el cuerpo; Si la mente  está bien, el cuerpo nos obedece y va  a responder favorablemente.