Nacía nuestro ilustre vecino del barrio de Belgrano, el escritor,educador, periodista y librero Marcos Sastre. El 2 de octubre de 1808 nacía en Montevideo, y generó junto a Juan B. Alberdi, Juan María Gutiérrez y Esteban Echeverría el inicio de la Generación del 37.
Si bien nació en Uruguay, durante la ocupación portuguesa se mudó junto a sus padres a nuestro país, en Santa Fe. En Montevideo fundó una escuela y publicó obras para la enseñanza de la lectura. En 1835, en la “Librería Argentina” que abrió, comenzó a funcionar el Salón Literario, donde se realizaban las tertulias con invitados característicos como Miguel Cané, Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Esteban Echeverría y Vicente Fidel López. Si bien posteriormente en su librería se fundó la Asociación de Mayo, ante los posteriores enfrentamientos al rosismo y el cierre de importación de libros de Francia generaron la quiebra del emprendimiento.
Entonces se retiró a la cercana localidad de San Fernando, donde abrió una escuela en 1842. Allí concibió y escribió El Tempe Argentino su obra principal como naturalista autodidacta. Contenía entre otras investigaciones estudios sobre los insectos, hongos y helechos de la zona, toda una novedad en su tiempo.
Tras su persecución política, huyó a Santa Fe y luego a Entre Ríos, donde en 1849 fundó el periódico «El Sudamericano» y al año siguiente el gobernador Urquiza lo nombró Inspector General de Escuelas y director del periódico oficialista «El Federal».
Después de la Batalla de Caseros se instaló nuevamente en Buenos Aires, donde fue nombrado director de la Biblioteca Pública. Por su simpatía con el gobierno de Urquiza, en 1853 fue separado del cargo. En Entre Ríos ocupó el cargo de director de Inspección General de Escuelas de la Confederación Argentina.
En 1865 fue nombrado director de la Escuela Normal de Entre Ríos. Su último cargo público fue el de miembro del Consejo Nacional de Educación, cargo que ejerció hasta su muerte.
Ya retirado en su función pública, Marcos Sastre falleció en la quinta que tenía en nuestro barrio de Belgrano el 15 de febrero de 1887, a los 78 años. Nuestro vecino maestro se fue, pero dejó para nosotros, las generaciones subsiguientes, sus obras para seguir contemplando y admirando su energía vital.
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