Comercios de mi barrio: Res, la carnicería boutique que rompió los moldes

Para 2023 espera tener más de 500 puntos de venta. No se trata de un local con un modelo de negocios innovador ni de la franquicia de moda sino de Res, la cadena de carnicerías boutique que invade la Ciudad de Buenos Aires y este año planea expandirse a la provincia de Buenos Aires, el Interior y comenzar la conquista internacional. Si bien cultivó un bajo perfil desde su nacimiento, el emprendimiento, que en 2017 facturó $ 200 millones, está decidido a darse a conocer para encarar su nueva etapa de crecimiento.

En octubre de 2014, Omar Onsari, que hoy se desempeña como presidente de Res, abrió en el barrio porteño de Belgrano la primera sucursal, pensada especialmente para su padre, carnicero de profesión. Sin embargo, rápidamente vio los primeros brotes verdes del negocio y en tan solo un año ya contaba con una decena de locales. Para expandirse se asoció con los empleados más antiguos de la compañía, quienes se convertían en dueño de las nuevas sucursales. Así creció hasta que optó por el sistema de franquicias. Actualmente, la empresa tiene 41 locales, de los cuales más de la mitad están operados por franquiciados.

“Cuando llegué me encontré con una compañía con un potencial de crecimiento enorme, tanto en la Argentina como en el exterior. Tenemos la posibilidad de llevar un concepto de negocio, una marca”, asegura Pedro Barbiso, jefe de Franquicias de Res desde principios de 2017. Este año, la empresa tiene como principal objetivo completar su expansión en CABA e iniciar la expedición bonaerense. “Nos interesa el corredor norte: Vicente López y San Isidro hasta Pilar”, señala y menciona que ya realizaron misiones comerciales a Uruguay y pronto lo harán en Colombia. Y agrega: “También queremos ir al Interior porque sabemos que ahí el potencial es incluso mayor que en Capital”.

 No obstante, Barbiso reconoce que a la hora de planificar también piensan más allá de América latina. “Lo natural es ir a los lugares más cercanos por un tema de comodidad, pero el proyecto es a todo el mundo. Si te tengo que decir lugares donde creo que puede funcionar el concepto de Res, quizá te nombro algunos mercados que parecen insólitos como Japón o Europa”, expresa. Aunque menciona que, en caso de abrir locales en el exterior, la empresa podría no asumir el rol distribuidora de productos entre todas sus franquicias, como sí lo ejerce hoy en el país. “Eso va a depender del país, puede ser que trabajemos con aliados locales o que llevemos nuestros productos. Lo que nosotros queremos exportar es un concepto de carnicería boutique”, detalla.

Para fin de año, la empresa espera llegar a los 60 locales, poniendo especial foco en los franquiciados –hoy representan el 60 por ciento. Abrir una carnicería Res demanda una inversión de entre $ 1,2 millones y $ 1,5 millones –el fee de ingreso es de $ 150.000–, lo cual incluye desde la elección de la ubicación hasta el armado completo de la sucursal. Barbiso distingue cuatro ítems a la hora de seleccionar dónde lanzar una nueva sucursal: la competencia, el poder adquisitivo de los residentes, la densidad de población y que sea una zona comercial. “Tratamos de no meternos en un lugar donde haya un competidor muy fuerte y es muy importante que en la zona haya verdulerías o fiambrerías, negocios que te traccionen gente”, explica.

Según datos del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en marzo de este año se consumieron 59,2 kilos de carne vacuna per cápita, lo que representa una caída del 3,8 por ciento a nivel interanual. Entre todos sus locales, Res comercializa aproximadamente 400.000 kilos por mes y, para el jefe de Franquicias, la crisis económica no afectará este número: “La gente puede llegar a inclinarse más por un producto que por otro, pero el consumo en nuestras carnicerías se mantiene igual o incluso crece”.

Además de las carnicerías, cuya facturación promedio es de $ 1,2 millones, el emprendimiento también empezó a acoplar almacenes y fiambrerías en algunos casos, para complementar el negocio. Sin embargo, sostienen que no aspiran a convertirse en “el nuevo Coto”. Barbiso precisa: “Sabemos que también comenzó como una carnicería, pero nuestra idea es mantener este rumbo y este concepto de negocio porque es con el que nos está yendo bien. Antes de inventar otras cosas nos queda muchísimo mercado por cubrir”. Además, en 2018, Res lanzó su propia tienda online. “Es raro comprar carne por Internet, pero vemos muy buena recepción y apuntamos a que sea un canal importante. Lo vemos más como un servicio al cliente que como una unidad de negocios”, reconoce.

Desde la compañía aspiran a expandirse a un rango de más de 80 sucursales por año hasta llegar a 500 en 2023. “Nos tenemos fe”, afirma confiado Barbiso sobre el número que el emprendimiento tiene como zanahoria. Este año, espera cerrar con una facturación de aproximadamente $ 400 millones impulsada principalmente por el crecimiento en cantidad de locales. “Nuestro diferencial es el valor agregado de la atención personalizada. Si bien somos una empresa y estandarizamos los procesos, no queremos perder la esencia del carnicero de barrio”, resume.

Fuentes Consultadas: Revista Apertura