
La imagen, que era acompañada por un audio de una supuesta víctima de los ataques, en realidad se corresponde con un bosquejo hecho en 2007 por la Policía de Bélgica al describir a un sospechoso de participar en la desaparición de la niña británica de cuatro años Madeleine McCann, desaparecida en Portugal ese año.
La policía belga difundió el dibujo ante las sospechas de que la menor había sido vista con un hombre de aproximadamente 40 años, 1,80 metros de altura, de pelo negro y sin afeitar. La noticia puede encontrarse en The Telegraph del 3 de agosto de 2007.
Junto con el identikit copiado del elaborado en su oportunidad por la fuerza europea, se difundió un audio con una presunta víctima que contaba cómo había sido el ataque y llamaba a extremar cuidados a la población.
Ante la alarma de los vecinos y la difusión por algunos medios de lo que circulaba en redes sociales, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad comenzó a recabar información.
En primer lugar, se pudo comprobar que no se registraron denuncias en las comisarías 31, 33 y 37 de la Policía Federal, que tiene jurisdicción en las zonas descriptas.
También se pudo localizar a la mujer que grabó el audio, quien manifestó que lo grabó porque en una ocasión mientras caminaba por la calle Conesa, entre Teodoro García y Federico Lacroze, se asustó porque pensó que una persona con características similares a la del identikit la estaba siguiendo, lo que la llevó a dar una alarma a sus vecinos.
A pesar de comprobarse la falsedad del mensaje, la cartera de Seguridad porteña decidió incrementar la presencia policial en el área, especialmente en los corredores escolares, para llevar tranquilidad a la población.