Para los vecinos del barrio escuchar hablar de “BaNu” (Bajo Nuñez) o cosas del estilo puede ser un tanto desconcertante. Lo cierto es que Núñez -y no sólo el bajo- es el secreto mejor guardado de la zona Norte, escapándole al ya colapsado y ruidoso Belgrano y antes de llegar a Saavedra.
Precios accesibles (comparados con el exceso palermitano), propuestas más o menos novedosas, accesibilidad (encastrado entre dos arterias importantes, Av. Cabildo y Av. del Libertador) y hasta facilidad para estacionar, hacen de este destino un elegido a la hora de salir a comer o tomar algo.
Francis Platz, hamburguesas para todos
Si hace unos años la moda eran los lugares de sushi o los delis paquetos, ahora le llegó el turno a las hamburgueserías -todas las semanas abre una nueva. Núñez también tiene su reducto para amantes de la cerveza artesanal y las hamburguesas. Ante el tedio que puede generar esto último, hay que decir que Platz se defiende: onda descontracturada que emula el estilo del pionero Burguer Joint (un toque más informatizados eso sí, nada de gritos para los pedidos, basta mirar la pantalla), mesas comunitarias, dos mini patiecitos, detalles arty y precios razonables. El lugar ofrece siete tipos de hamburguesas (la veggie con mila de soja y la yanqui con panceta nos gustaron) y varios estilos de cerveza artesanal Bierhaus ($40 la media pinta, $70 la pinta en promedio). Los sábados ofrecen 2×1 en cervezas, si bien es sólo efectivo, no aceptan tarjeta ni tienen débito.
Hipólito Living Café, el rincón de la lectura
En una emblemática esquina de Núñez recuperada, mitad recuerdo de aquellos almacenes de ramos generales de principios del siglo XX, y mitad diseño actual con toques lúdicos y coloridos, Hipólito ofrece un espacio ideal para los fanáticos de la lectura (es tranquilo y hasta tiene biblioteca donde los lectores llevan y traen libros y revistas) o aquellos que van a estudiar. Pero la cosa no termina ahí, hay algo para cada tipo de público, parejas, familias y hasta aquellos con mascotas. Sí, el lugar es pet friendly ya que ofrecen recipientes para darles de beber, cortesía de la casa. En cuanto el menú, es muy variado y con una buena relación precio/calidad, con ensaladas y tartas ($70 en promedio) o hamburguesas vegetarianas, pasando por opciones clásicas de pastelería como tortas (entre $40 y $50) y muffins ($20). También hay brunchs y menús de tarde para compartir.
11 de septiembre 3102 / T. 4704-903
No tan santos, parrilla cool
Núñez 1650/ T. 20654723
Oporto Almacén, un clásico reciente de nuñense
Por último no se puede dejar de mencionar lo que ya es un clásico de esta zona, probablemente porque fue uno de los primeros que marcó tendencia tanto gastronómica como arquitectónica. Esta vinoteca high-end es el paraíso para los vinófilos con sus más de 450 etiquetas. Dividido en dos partes, restaurante y un segundo piso dedicado casi exclusivamente a los vinos, cautiva a vecinos y curiosos foodie por igual. A esto hay que sumarle una hermosa terraza semi-techada ideal para disfrutar en invierno o en verano y un almacén que se corrió del salón principal en sus inicios a una tiendita al lado por la que no podés dejar de pasar para llevarte delicias al peso. Los almuerzos rescatan platos simples y tradicionales. Los vinos están a precio de góndola -una verdadera tentación-, y también se ofrecen por copa. Además, hay degustaciones y capacitaciones. Los precios, sin embargo, se asemejan a los de sus colegas palermitanos (sobre todo la cena). El que avisa, no traiciona. Aceptan tarjeta de crédito.
11 de septiembre 4152 / T. 4703-5568
Cócteles y Birra en BaNu
Los que pensaban que no había lugares para salir a tomar algo por el barrio van a tener que comerse sus palabras, en particular ya que cada vez hay más opciones pensadas para los aficionados a la coctelería de autor sin tener que migrar a otras áreas. Hay bares a puertas cerradas más inclusivos que un speakeasy tradicional, como Luz Mala (Arcos 2950, Núñez), en donde detrás de un portón negro se aloja esta casa antigua refaccionada con muebles vintage, numerosos ambientes internos y mucha herencia del 878, o su primo belgranense Puerta Uno.
También vale mencionar incorporaciones recientes como Poe (3 de Febrero 2772), en otra casa reciclada que se extiende verticalmente en vez de en forma horizontal, mitad bar mitad espacio cultural. La primera barra comandada por Omar Benítez, barista y bartender, exhibe cocktails tan originales como los ya clásicos Negroni Expresso, saborizado con café y de alta graduación alcohólica (lleva gin, campari, kahlúa, syrup y bitter de naranja casero), o el Sixth Sense (whisky, Saint Germain, almíbar de naranjas, syrup de vainilla y té verde, con un hielo redondo a modo garnish).
En Poe, una barra con una interesante variedad de bebidas importadas recibe al visitante que puede encontrarse con shows musicales, proyecciones y eventos de todo tipo. Pero eso no es todo, Houdini (Manuela Pedraza 2179), un irish pub atendido cálidamente por sus dueños acompaña la propuesta cervecera del barrio con pintas mágicas a precios bolsillo-friendly (ofrecen variedades clásicas de Golden, Scotch, IPA y Porter a $75 la pinta y hay medidas menores por $50). En todos los lugares se pueden comer tapas o comidas más consistentes, destaca la hamburguesa con bacon y langostinos apanados de Houdini
Fuente: La Nación – Bar Poe – Oporto Almacén – No tan santos – Hipólito Livin Café – Francis Platz