Belgrano: Fuga de gas produjo pánico entre los vecinos

Pánico por fuga de gas en Belgrano - La tarea de los grupos de rescate. (Bárbara Maggi/Crónica)

Una pérdida del combustible se registró en una obra en construcción cuando se llevaba a cabo una demolición que perforó un caño, y esto motivó la evacuación de comercios, viviendas y edificios de sus inmediaciones. Se vivieron momentos de suma tensión en el lugar, aunque el hecho no pasó a mayores.

Momentos de pánico padecieron centenares de vecinos del barrio porteño de Belgrano ante una fuga de gas de importantes proporciones, en la mañana del miércoles.

La pérdida se registró en una obra en construcción cuando se llevaba a cabo una demolición, y motivó la evacuación de comercios, viviendas y edificios de sus inmediaciones. “Temíamos que fuera un nuevo Rosario” expresó una vecina, quien como el resto de los habitantes de la zona, vinculó el incidente con una acción negligente por quienes llevan a cabo la construcción.

Alrededor de las 10 del miércoles, escenas de angustia y desesperación se observaron en Sucre al 2200 del barrio porteño de Belgrano por parte de quienes residen o se dempeñan laboralmente allí ante una perforación de un caño de gas en una obra en construcción.

“La fuga fue porque con la retroexcavadora perforaron un caño”, apuntó Diego  dueño de una peluquería que linda con el lugar y al mismo tiempo agregó: “Se sentía demasiado el ruido de pérdida y el olor era terrible. Nosotros tuvimos que evacuar el local”.

El testimonio del joven representa la opinión generalizada de los vecinos en torno al incidente, del cual responsabilizan a los encargados de la edificación. Justamente uno de ellos, el arquitecto Vicente Ragonetti desestimó culpa alguna al señalar: “Lo que pasó fue que había una conexión de gas que nos habían dicho que no existía. Cuando se demuele el frente aparece un caño con gas, y al demoler la pared obviamente se parte el caño”. 

En tanto, Silvia, una vecina de la zona, relató: “Estaba en mi casa cuando escucho que la perra no paraba de ladrar, estaba muy nerviosa. Entonces salí a la calle y era impresionante el olor de gas, no se podía estar. Temí que fuera un nuevo Rosario, por eso comencé a alejarme, pero a las cinco cuadras todavía se sentía”.