
Durante 2014 la firma que se había encargado de la ornamentación de las últimas estaciones de Subte inauguradas (las extensiones de las líneas A y B abiertas en 2013) fue imprevistamente desvinculada de sus tareas por la Ciudad. El presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, ordenó desplazar a dicho estudio en favor de Natalia Orlowski, artista plástica y esposa del vicepresidente de SBASE, Alberto Gowland.
A partir de entonces, la señora Orlowski de Gowland ha tomado a su cargo la coordinación de las cuestionadas intervenciones artísticas emprendidas en las estaciones de la red por la compañía de la cual su esposo es el “número dos“, especialmente las aplicadas en la línea B como complemento de las obras de adaptación para la flota CAF 6000.
Cabe recordar que si bien las estaciones de la línea B no son consideradas Monumento Histórico Nacional, sí gozan de un cierto estatus de protección, atendiendo a su antigüedad, como bien explicó en una reciente columna la licenciada Mónica Capano, de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos. De acuerdo con Capano, se han realizado intimaciones a SBASE para que cesen todas las tareas de reparación y decoración que no sean aprobadas por la Comisión, advertencias que de momento han sido ignoradas por la empresa.
Organizaciones vecinales, patrimonialistas, y de la sociedad civil en general (como el Observatorio de Patrimonio y Políticas Urbanas o la Fundación Ciudad, que preside Andreína de Caraballo) han denunciado tanto públicamente como ante la citada comisión no sólo las intervenciones de la línea B, sino también otras, que son Monumento Histórico Nacional.
El patrimonio de la línea y la apariencia original de las estaciones no han sido respetadas ni por Metrovías, que en los 90 aplicó una “modernización” que borró todo rastro de su pasado, ni por la actual gestión de SBASE, que nada ha hecho por devolverle a la línea B al menos parte de su brillo original. De hecho, algunas de las intervenciones han terminado de arruinar componentes que ya estaban dañados, causando, por caso, la rotura de cientos de azulejos de más de 80 años de antigüedad en estaciones como Florida o Carlos Pellegrini, para instalar en su lugar un pretendido “paraíso decorativo” que no guarda ninguna relación con la decoración original.
En el marco de estas tareas coordinadas por Orlowski se han pintado en escala multicolor las columnas centrales de las estaciones más céntricas de la B (Uruguay, Callao, Pasteur, Pueyrredón) y se realizaron murales en Alem, Florida, Callao, Uruguay, Medrano, Ángel Gallardo, Dorrego y Federico Lacroze, entre otras. Lamentablemente, en la mayoría de los casos tales intervenciones se han practicado sin realizar las correspondientes reparaciones y tratamiento de filtraciones, por lo que tienden a deteriorarse en el corto plazo.
El criterio con el que se deciden las intervenciones o los motivos de las mismas nunca ha sido claramente explicitado por SBASE. Tampoco se ha realizado ningún concurso público para la selección de los artistas o de sus propuestas. Toda la operatoria se realiza en el más absoluto silencio y con contrataciones directas.