Vivo en el barrio de Belgrano y cada día cuando salgo de mi casa enfrento distintos desafíos: el primero de ellos es el pésimo estado de las veredas que hace que tenga que caminar mirando hacia abajo constantemente para evitar una caída. El segundo es el desagradable aspecto y olor de la basura acumulada en los contenedores por largos períodos de tiempo, y el tercero es el mal funcionamiento de los subtes y de las escaleras mecánicas dado que uno nunca sabe cuál de ellas estará en funcionamiento. A título de ejemplo, en la estación José Hernández hay una escalera mecánica que no funciona desde hace aproximadamente dos años. A estos desafíos se le suma la aparición de los manteros a lo largo de la avenida Cabildo entre las calles Virrey Olaguer y Feliú y Juramento, que entorpece el tránsito peatonal.
Señor Mauricio Macri, déme una buena razón para volver a votarlo.
Claudia M. Kaminsky