Belgrano: Vandálico festejo de egresados del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz

EgresadosCon insólitos fundamentos, los alumnos que cursan el último año del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz quisieron justificar el festejo del jueves pasado y los daños que provocaron sobre una porción del terreno del Paseo de las Américas, donde realizaron un pozo para zambullirse en el barro.

“Es tan grande el espacio y se fijan en un pedazo de 15 metros cuadrados”, decían. “Se están talando árboles en el norte argentino y se preocupan por esto”, se defendían. “El gobierno de la ciudad nos permite hacerlo: pagamos la multa y ya está, lo hacemos”, explicaban. Algunos, aún con barro en las orejas y las uñas, decían sentirse “indignados” por la repercusión “de una tradición que se repite hace 20 años”.

Ayer, en el paseo de Figueroa Alcorta y Monroe, en el barrio de Belgrano, un cerco de tejido plástico encerraba el fango aún fresco del día anterior, provocado por unos 120 alumnos y algunos preceptores del Liceo Franco Argentino Jean Mermoz, una de las escuelas privadas más caras de la ciudad. Tomaron así la posta de los festejos realizados el año anterior, en el mismo lugar, por los que ya habían sido multados.

Esta vez el gobierno porteño adelantó que la institución deberá hacerse cargo de los gastos para dejar en condiciones el parque y, además, la Procuración General de la Ciudad analizará el caso, que podría terminar con una denuncia penal al Jean Mermoz.

“Fue un hecho de vandalismo similar al que ocurre en el Obelisco cuando los hinchas festejan algún título”, comparó el subsecretario de Mantenimiento de Espacio Público, Rodrigo Silvosa, en diálogo con LA NACION.

Se espera que hoy o el lunes puedan comenzar los trabajos para poner en condiciones el lugar. Habrá que emparejar y afirmar el terreno. Los arreglos no demandarán más de un camión de tierra negra y varios panes de césped. “El costo no es muy grande, pero el colegio tendrá que hacerse cargo. No se trata del dinero, sino del poco respeto por el patrimonio de la ciudad. Es un delito grave destruir el espacio público”, agregó Silvosa.

A pesar de que de los festejos participaron preceptores y, según cuentan los alumnos, algunos profesores, las autoridades del Liceo prefirieron hacer silencio. LA NACION se comunicó telefónicamente y a través de un correo electrónico con la institución, pero no recibió respuestas.

El jueves, después del barro, las autoridades del Liceo manifestaron su desacuerdo con el modo de celebrar de los alumnos, pero no hicieron públicas sus declaraciones. Y ayer, según fuentes del gobierno, dejaron abierta la posibilidad de que los alumnos que participaron de los festejos sean sancionados.

LA NOTICIA LLEGÓ A FRANCIA

“¡No te puedo creer! ¡La noticia llegó a Francia y a Ecuador! ¿Por qué no se encargan de temas más importantes?”, rogaba en un grito una jovencita que egresa a fin de año. Lo hacía en charlas de adolescentes indignados, incomprendidos, acusados de cometer un delito “cuando en realidad sólo se arruinó un pedazo de tierra”.

Entre ellos surgía alguna voz más cauta, con fundamentos más acordes con la situación. “Sabemos que está mal, pero lo íbamos a arreglar”, dijo una de las chicas. Cuando la charla se volvía más nutrida comenzaban los diálogos en francés, entre ellos, y luego el silencio. “No tenemos nada contra vos, pero después podés poner cualquier cosa”, se excusaban ante el cronista. Durante la tarde muchos de ellos habían estado recogiendo los trozos de césped que habían sido levantados y colocándolos en bolsas negras.

El círculo de las respuestas insólitas se cerró con la aparición de algunas madres que acompañaban a los adolescentes y también tenían sus argumentos. “Las cámaras no están en los lugares donde existe la inseguridad. Están acá, en un festejo de egresados”, se justificaron.

LA TRADICIONAL VUELTA OLÍMPICA

En los colegios Carlos Pellegrini y Nacional de Buenos Aires las vueltas olímpicas de los egresados se habían convertido en una tradición hasta que trajo varios problemas. En 1999 hubo 85 alumnos que quedaron libres por los destrozos que provocaron en el edificio del Nacional y, desde entonces, se prohibió el festejo. Un año antes, otros 13 alumnos recibieron la misma sanción en el Pellegrini por ocasionar diversos daños.