Alejandro “Pechito” Ferreiro, el sin techo que vivió durante 12 años y hasta su muerte en la esquina de Scalabrini y Santa Fe, tendrá su placa conmemorativa. Los vecinos, muchos de los cuales entablaron una relación de cercanía con él, pondrán este viernes a las 20 una baldosa en la que también piden Justicia por su muerte.
“El gobierno de la Ciudad se lo llevó el 30/8/2013 y falleció el 7/9/2013. Recordamos a nuestro vecino: ¡Queremos justicia!”, dice la placa.
No es la primera vez que los vecinos manifiestan su cariño por “Pechito”. Cuando se ausentó del lugar de siempre lo buscaron de modo incansable, no bien murió, el lugar se convirtió en un santuario con flores, mensajes de amor hacia él y pedidos de justicia ante una muerte que consideran dudosa. También le organizaron la última despedida en un “velorio simbólico”.
“Pechito” vivió 12 años en la calle en Scalabrini Ortiz y Santa Fe. Su casa al aire libre llamaba la atención de los caminantes: tenía un televisor con señal de cable, una garrafa para cocinar y un húmedo colchón, generalmente ocupado por dos perros. “Mi vida no es fácil, te habrás dado cuenta”, decía Alejandro, de 40 años, en una nota que dio a LA NACION.
Era una persona cuidada y querida por los comerciantes y vecinos, pese a que algunos otros pocos moradores de la zona lo rechazaban. “Me vine acá cuando la droga me dejó en la calle. Desde 1998 que no consumí más. Ahora me dedico a hacer mandados a algunos comercios”, comentaba. Nacido en San Miguel, “Pechito” se bañaba en la fuente del Monumento de los Españoles. Antes de ocuparse de su comida, alimentaba a sus perros, “Alberto Cortés” y “Nino Bravo”. “Si sigo en la calle es porque en ningún lugar los aceptan. Me ofrecieron ir a los paradores, pero a ellos no los puedo dejar”, contaba