El Juez Federal Daniel Rafecas procesó a dos acusados de ser integrantes de una red de narcotraficantes. Guardaban cocaína en departamentos que alquilaban en Belgrano
Los departamentos eran alquilados en forma temporaria, preferentemente en el barrio de Belgrano. El objetivo era rotar los lugares donde almacenaban y fraccionaban la cocaína, que luego comercializaban para evitar ser descubiertos o denunciados por algún vecino.
Así, lo estableció el juez federal Daniel Rafecas en una resolución por la que procesó con prisión preventiva a dos acusados de integrar una organización narcocriminal.
“El curso de la investigación permite aseverar, dada la periodicidad con que los investigados se manejaban y contrataban temporariamente distintos inmuebles de esta ciudad para resguardar la droga en un lugar seguro, y luego fraccionarla para su comercialización”, sostuvo el juez Rafecas en su resolución a la que tuvo acceso LA NACION.
En su momento, como lo publicó LA NACION, a los investigadores le llamó la atención que la banda tenía 32.000 dosis de cocaína en paquetes termosellados de 2 y 5 gramos cada uno divididos, según el peso, en color rojo y en azul. Suponen que era la distinción por su calidad.
La investigación comenzó el 3 del mes pasado, después de que una mujer se comunicara con el número de emergencias 911 ante la sospecha de que en su departamento del segundo piso de un edificio de Monroe al 2700 podía haber un robo.
Un vecino había observado que desconocidos entraban y salían del edificio cargando bolsas en un automóvil VW Fox y en una camioneta 4×4. Al lugar llegó un subinspector de la comisaría 33a., con jurisdicción en la zona.
Pero no se trataba de un robo. En uno de los departamentos del segundo piso del edificio, un monoambiente, había casi 93 kilos. En ese momento comenzó una investigación a cargo del juez Rafecas, que tuvo la colaboración de detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, al mando del comisario inspector Néstor Roncaglia.
La propietaria le explicó a la policía que el monoambiente, por intermedio de una inmobiliaria, se lo había alquilado, en forma temporaria, el 18 de marzo pasado a una persona de la provincia de Santa Fe. La mujer entregó el nombre del inquilino, que fue identificado por fuentes judiciales como Daniel Contigiani
Según las mismas fuentes, la investigación continuó con la declaración testimonial del gerente de la inmobiliaria. El testigo explicó que la empresa se dedica a los alquileres temporarios y dijo nunca había visto al locatario. Pero, más tarde, por medio de un correo electrónico, aportó datos. Sostuvo que Contigiani había hecho 15 operaciones, dos de las cuales estaban activas.
Además del departamento de Monroe al 2700, tenía alquilado otro en Mendoza al 2900, también en Belgrano. Ese alquiler tenía vigencia entre el 27 de marzo y el 27 de abril pasados.
El juez Rafecas ordenó allanar el departamento alquilado en Mendoza al 2900. No se encontraron con Contigiani, pero sí detuvieron a una persona identificada por fuentes judiciales como Aldo De Bortoli y secuestraron 60.000 pesos, la mayoría en billetes de 100.
Los investigadores policiales y judiciales secuestraron el comprobante de un garaje situado en al Freire 2200 y las llaves de una camioneta Toyota Hilux, que estaba estacionada en la cochera de alquiler.
Una vez en el garaje, el personal policial inició la requisa del vehículo, pudiéndose establecer a través de la utilización de dos canes entrenados, que en la consola central del vehículo requisado, esto es a la altura del freno de mano, existían rastros de material estupefaciente. En virtud de ello, se procedió a desarmar cuidadosamente dicha consola, encontrándose allí una piedras de color blanco, similar al clorhidrato de cocaína”, sostuvo Rafecas en su resolución.
Finalmente, Contigiani fue detenido en un departamento de la calle Paraná, a metros de la avenida Corrientes.
En sus declaraciones indagatorias, Contigiani y De Bortoli se defendieron. El primero sostuvo que ofrece el alquiler de departamentos temporarios amueblados para extranjeros y turistas, a través de medios de publicidad gráficos. Dijo que hace dos años que se dedica a este tipo de negocios.
Por su parte, De Bortoli dijo que “no le cierra que hayan encontrado cocaína en su camioneta, porque él se dedica a la compra y venta de vehículos”, según explicaron fuentes judiciales. También agregó que el dinero que le secuestraron era parte de la venta de una camioneta VW Amarok negra.
Pero para el juez Rafecas, “el rol de Contigiani fue el de alquilar propiedades por plazos temporarios -un mes, aproximadamente- para que otras personas, hasta el momento desconocidas, almacenen y dosifiquen la droga para su posterior distribución y venta”.
Y sobre De Bortoli, el juez dijo en su resolución: “Sería una de las personas que intervendría en la estructura relativa a la posesión, dosificación y posterior venta de la droga”.
Ambos fueron procesados con prisión preventiva. Pero hay más, según el juez Rafecas, entre Contigiani y De Bortoli hay un persona que hace de nexo, pero por ahora sólo se tiene su apodo: “Gringo”.